El inventor francés quiso imitar los avances alcanzados por Louis Daquerre en el campo de la fotografía y trasladarlos al del sonido. La primera grabadora de la historia causó revuelo entre el público y fue un éxito, que no duraría mucho. El dispositivo tenía un inconveniente: solo podía reproducir lo grabado mediante escritos y no por sonidos. A pesar de todo, el fonoautógrafo se convirtió en todo un logro científico para la época y, además, es el ancestro del Ipod. Trabajar como impresor en el París del siglo XIX daba sus ventajas: se tenía acceso de primera mano a las investigaciones novedosas que se estaban dando en los diversos campos de la ciencia. Fue una época fértil en el conocimiento, se patentaban inventos y se publicaban nuevas teorías causando revuelos. Édouard-Léon Scott de Martinville (Francia, 1817-1879) leía con sumo interés los avances científicos mientras los imprimía, motivándolo a convertirse en inventor. Inspirado por la invención del daguerrotipo, se le ocu...
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